08 de mayo, 2016
Obispo de Leiria-Fátima presidió la dedicación del nuevo altar del recinto de oración del SantuarioObra fue proyectada por el arquitecto griego Alexandros Tombazis y por la arquitecta Paula Santos
El obispo de Leiria-Fátima, D. António Marto, presidió hoy la celebración de la dedicación litúrgica del nuevo altar y la consagración del presbiterio en el recinto de oración del Santuario de Fátima. En la homilía de la celebración, ante miles de personas, el prelado explicó el simbolismo del acto de consagración, destacando que “el altar de la Eucaristía es el altar de la misericordia de Dios”. D. António Marto se refirió a la importancia de la Eucaristía, donde “Jesús resucitado se vuelve totalmente presente con todo su misterio de amor con el que se entregó hasta la Cruz”, lugar que “es la expresión suprema de la misericordia de quién se entrega totalmente y da todo para eliminar todas las distancias, para ofrecer el perdón, restablecer la comunión, vencer el odio y la violencia, curar las heridas del corazón humano, dar vida nueva, traer la paz”. “Este es el misterio de su cuerpo entregado y sangre derramada que celebramos en el altar de la eucaristía donde se nos ofrece en comunión. El altar de la eucaristía es también altar de la misericordia”, precisó. Para el obispo de Leiria-Fátima esta dedicación nos llama “a comulgar en la entrega de Jesús como la misma petición que Nuestra Señora hizo a los Pastorcitos” y eso significa “ofrecerle nuestra carne, con la humildad y el coraje de María” para que pueda “continuar habitando en el medio de los hombres; ofrecerle nuestras manos para acariciar a los pequeños y a los pobres; nuestros brazos para acoger y apoyar a quien es débil y trabajar en el servicio de los necesitados; nuestra mente para pensar y hacer proyectos a la luz de las bienaventuranzas y de las obras de misericordia; y, sobre todo, ofrecer nuestro corazón para amar y tomar decisiones según la voluntad de Dios”. Solo así, afirmó también, “seremos instrumentos de la misericordia de Dios para que Jesús actúe en el mundo a través de nosotros”. D. António Marto saludó a los participantes en la peregrinación nacional de los jóvenes católicos, el “Fátima joven” 2016, uno de los 21 grupos inscritos este domingo en el Santuario de Fátima, mayormente portugueses. “Queridos jóvenes, llevad la llama del amor misericordioso a los ambientes de vuestra vida, a todas las personas que viven en las periferias para que la misericordia de Dios se extienda de generación en generación”, afirmó. Después pidió el apoyo en la construcción de “una Iglesia de corazón grande, próxima a los heridos y humillados de la historia, al servicio de los más pobres”. El nuevo presbiterio, donde se incluye el altar, es una “construcción completamente nueva” del arquitecto griego Alexandros Tombazis, el mismo que firmó el proyecto de la Basílica de la Santísima Trinidad, y por la arquitecta Paula Santos. La zona de intervención de la obra, que transcurrió desde marzo del año pasado, ocupa parte del antiguo presbiterio, que fue desmovilizado, las escaleras del Recinto y la zona de las Columnatas. El nuevo presbiterio pretende, en su conjunto y en cada uno de sus elementos, ser entendido como una obra de arte y conseguir una integración armónica en el espacio envolvente. Tiene tres puntos fundamentales -el altar, el ambón, y la cátedra-, a los cuales se suman la cruz y el soporte para la imagen de Nuestra Señora, como elementos significativos de aquel espacio. El nuevo presbiterio tendrá capacidad para 120 concelebrantes, y bajará 2,4 metros por la escalera de la anterior estructura, convirtiéndose así más proxima a la asamblea. La estructura, enfrente de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, sustituirá el presbiterio que desde 1982, fecha de la primera visita del Papa Juan Pablo II a Fátima, marcó la fisionomía del Recinto de Oración. El nuevo presbiterio cuenta con dos pisos siendo el piso inferior subterráneo, fundamentalmente destinado a servicios de apoyo, Sagrada Reserva y Sacristía, y tiene acceso directo al piso del Presbiterio por escaleras y ascensor. El proyecto implicó una reformulación de la escalera que mantiene el mismo tipo de caliza de la región existente. La obra contempla, además, una pared elevadora, al lado del lugar donde está la imagen de Nuestra Señora, una escultura de Fernanda Fraateiro en la pared interior del presbiterio; una cruz y una escultura de Cristo crucificado de Filip Moroder Doss y el ambón, el altar, las sillas de la presidencia, diseñados por el Arquitecto João Mendes Ribeiro. El diseño de estos tres últimos elementos obedeció a principios claros de adecuación a los presupuestos litúrgicos y funcionales de cada una de las piezas, sintetizando un conjunto de intenciones simbólicas y de coherencia con las que se pretende dar origen a un conjunto significante y expresivo, pero también funcional y de acuerdo absoluto con el carácter litúrgico que le es inherente. En el diseño de cada una de las tres piezas se tuvo en cuenta todas las premisas relevantes del Proyecto de Ejecución del Presbiterio del Recinto de Oración, a la que se procuró responder de la forma más integrada posible. Destaque especial para la cruz y el Cristo resucitado, dos piezas diseñadas por el escultor Filip Moroder Dosse, con 2,40 y 3 metros de altura, respectivamente, y que simbolizan el misterio de la salvación. Para el rector, P. Carlos Cabecinhas, esta obra alcanzó su doble objetivo: dotar a este recinto de oración de un presbiterio funcional que asegure, simultaneamente, una expresividad simbólica a través de una calidad arquitectçonica. “Este presbiterio marca la visibilidad del Santuario” y todo el recinto queda preparado “para acoger a los peregrinos”, lo que el para el Santuario “es absolutamente televante”, afirmó a los periodistas al final de la celebración. “En este horizonte del Centenario creo que están reunidas todas las condiciones para celebrar condignamente este momento y para acoger al Papa en la gran peregrinación de mayo del próximo años”, subrayó. En cuanto a la peregrinación aniversaria de mayo, que ya se vive en el Santuario, estos días, “lo que los peregrinos pueden esperar es una preparación de nuestras celebraciones litúrgicas de manera qye la experiencia de fe de los peregrinos sea mejor pero también un enriquecimiento de la ofrenda para que quien venga pueda ser enriquecido con otro tipo de celebraciones que le hablen de Fátima y del Mensaje de Fátima”. CR |