03 de octubre, 2009
La destrucción del muro que separó Berlín en dos zonas tuvo su inicio el 9 de noviembre de 1989.
Su construcción había sido iniciada por orden del sector oriental de la ciudad, del 12 al 13 de agosto de 1961.
Después del inicio de la queda, llegaron al Santuario de Fátima fragmentos de la “cortina de hierro”, que el Santuario expone en dos locales distintos.
Un gran fragmento transformado en monumento
Al lado de la entrada este del Recinto del Santuario, está un gran bloque del Muro de Berlín, transformado en gran monumento, con el peso de 2.600 kilos, 3,60 metros de altura por 1,20 metros de largo.
Fue adquirido por un grupo de portugueses, dirigidos por Virgilio Casimiro, un emigrante portugués que residía en Alemania, y llegó al santuario, con apoyo del Consulado-General de Portugal en Frankfurt, el 5 de marzo de 1991, alrededor de las 18:00 horas.
El monumento del Muro de Berlín, símbolo de la reunificación de Alemania, fue inaugurado en Fátima el 13 de agosto de 1994.
Pequeños fragmentos transformados en rosario
En la vitrina nº 19 de la exposición permanente del Santuario “Fátima, Luz y Paz”, patente en el edificio de la Rectoría, están también varios trozos del hormigón del Muro de Berlín.
En este caso los pequeños fragmentos fueron de nuevo unidos y transformados en las cuentas de un rosario, que el mismo emigrante quiso ofrecer al Santo Padre Juan Pablo II, con ocasión de la peregrinación pontificia a Fátima, el 13 de mayo de 1991.
Este rosario tiene la particularidad de que las Glorias representan los cinco nuevos Estados de la Alemania reunificada y están confeccionadas con piedras de los palacios gubernamentales de cada uno de esos estados, ofrecidas por los respectivos presidentes. El Rector del Santuario de Fátima, Mons. Luciano Guerra en aquella época, al relacionar el significado de este rosario con los acontecimientos extraordinarios operados en los países del Este, que todo lleva a creer que están relacionados con el Mensaje de Fátima, sugirió que quedase en el Santuario, donde se encuentra, a perpetuar los acontecimientos ocurridos, que muchos unen directamente con la segunda parte del Secreto de Fátima.
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