06 de enero, 2020

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“Los caminos de santidad son las mil y una formas de pasar por la vida haciendo el bien. Eso sí que es ser santo”, afirma el Padre Carlos Cabecinhas

El rector del Santuario es el invitado del PODCAST #fatimanoseculoXXI de enero 

 

Pedro, en el Libro de los Hechos de los Apóstolos, se refiere a Jesús como “Aquél que pasó haciendo el bien”. Podría ser el epitafio más deseado por los cristianos en su paso por este mundo. Quien lo dice es el rector del Santuario de Fátima que en el PODCAST #fatimanoseculoXXI reflexiona sobre el sentido del nuevo año pastoral en el Santuario de Fátima, que invita a los peregrinos a “Dar gracias por vivir en Dios”, otra forma de afirmar el camino de santidad al que todos los bautizados son llamados. Y para eso no hay solo un itinerario: “Los caminos de santidad son las mil y una formas de pasar por la vida, de vivirla, haciendo el bien. Eso sí que es ser santo” afirma el padre Carlos Cabecinhas. “Pienso que la mejor forma de ser santos es mirar para nuestra vida y tener una idea de lo que debemos hacer para promover el bien, en las relaciones de los unos con los otros, en la relación con la naturaleza creada -que es un don que nos es ofrecido-, y cómo pasar y hacer el bien en nuestra propia entrega a Dios. Existen mil y un modos de pasar por la vida haciendo el bien y eso es lo que nos vuelve santos. Creo que no hay ninguno que no gustase de tener, al final de la vida, como epitafio, aquello que Pedro dijo de Jesús: ´aquí está alguien que pasó haciendo el bien` ”, afirma el rector, rechazando cualquier fórmula mágica para vivir la santidad.
“El modo en que cada uno de nosotros lo hace debe ser descubierto por sí mismo, y el mensaje de Fátima nos ofrece herramientas para ser creativos, tal como lo fueron Francisco y Jacinta”, aclara en la conversación que marca el primer aniversario del PODCAST #fatimanoseculoXXI, que inició justamente con el obispo de la diócesis de Leiría-Fátima, Cardenal D. Antonio Marto.
“El testimonio de Francisco para nosotros, hoy, es como un jarro de agua fría. Nosotros tenemos una necesidad enorme de vivir con algo que nos ocupe y con algún ruido que llene nuestros días. La dificultad que tenemos de estar en silencio, solos, es evidente: necesitamos encender la televisión y la radio para sentir que estamos acompañados. Lo que Francisco nos muestra es que eso, siendo importante, no exime de los momentos de silencio y de oración. Y en Fátima es la búsqueda de ese silencio lo que atrae a tantos peregrinos”, afirma.
Por otro lado, “caemos muchas veces en el error de pensar que cuando prestamos más atención a Dios dejamos de tener tiempo para prestar atención a los otros. Demasiadas veces contemplamos a Francisco y Jacinta como modelos de entrega a Dios y nos olvidamos de cómo esa entrega los llevó a los otros: en la atención a los otros, en el compartir, en el sufrimiento con el dolor de aquellos que pedían su ayuda, el cuidado que tenían para no entristecer a los que estaban a su lado... todo eso nos debe motivar”, añade.
“Creo que el mensaje de Fátima tiene, ante todo, en relación a este camino de santidad al que estamos invitados, el gran mérito de ayudarnos a deconstruir la imagen que tenemos de qué es ser santo. A veces, tenemos en la mente determinados itinerarios de santidad, cuando miramos la figura de los santos; pero el mensaje de Fátima, estando centrado en lo esencial del Evangelio, al señalarnos las figuras de Francisco y Jacinta y hasta de María, nos remite a una santidad cercana y posible”, aclara el rector del Santuario de Fátima.
“Vivir la santidad en Fátima es justamente una oportunidad para convertir nuestra idea de santidad”.
“La santidad de Francisco y Jacinta es el mayor legado del mensaje de Fátima. Cuando contemplamos las vidas de los santos Francisco y Jacinta, pero también de la sierva de Dios, Lucía de Jesús, nos damos cuenta de que allí tenemos el mensaje de Fátima vivido y encarnado, también en las consecuencias”, concluye.

 

El trienio 2020-2023

Al pasar el primer ciclo de tres años, después del centenario, Fátima centra su atención en la juventud, teniendo como horizonte ese gran evento que la Iglesia Portuguesa está preparando, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, en 2022.
“Independientemente de aquello que puedan ser nuestras expectativas, lo que sabemos es que muchos de los jóvenes (cristianos) que vendrán a Portugal vendrán a Fátima, porque Fátima es una referencia para ellos cuando hablas de Portugal. Habrá ciertamente muchos jóvenes que querrán pasar por Fátima y hacer aquí su experiencia de cercanía con María”, adelanta el rector.
¿Y qué es lo que Fátima tiene que decir a los jóvenes?: “La centralidad de Dios; y nadie como los jóvenes consigue comprender tan bien esta centralidad. Ellos son, por naturaleza, los más descontentos, pero también aquellos que más se entregan a opciones radicales y, por eso, también serán ellos aquellos que más fácilmente entenderán este ofrecimiento a Dios en su forma más radical, que nos es presentada desde la primera aparición por los pastorcitos”.
Por otro lado, adelanta, “la JMJ, siendo un evento que atrae muchos jóvenes, exige una participación muy grande de la Iglesia que acoge. Para la Iglesia Portuguesa, que está involucrada en la preparación de esta jornada, tampoco sería comprensible que se pensase en un acontecimiento de esta grandeza sin que Fátima tenga ahí un papel relevante. Por eso, mis expectativas son de una profunda participación en la preparación y después en la concretización de ese acontecimiento festivo que serán las Jornadas en 2022”.

 

Vocación de Fátima

103 años después de las apariciones y después de varios estudios teológicos, históricos, sociológicos y hasta antropológicos sobre este mensaje dejado por la Virgen en Cova de Iría, ¿tendrá todavía actualidad en esos contenidos? La  respuesta es clara: “el mensaje de Fátima nos remite al corazón del Evangelio”, con cuestiones “muy importantes”.
“Hoy vemos las amenazas que atañen a la Paz. Los varios episodios de tensión que existen por el mundo cuestionan la Paz como don. Fátima puede ayudarnos a ser pacificadores. Fátima debe ser un lugar de referencia en la oración por la Paz”, declara el rector del Santuario.
Por otro lado, “Fátima continúa, y debe continuar, siendo una invitación a la interioridad. En el mundo de hoy en el que la dispersión es grande, es importante que Fátima permita la vivencia de tan necesaria interioridad, llevándonos a lo fundamental de la vida que es ver nuestra vida a la luz de Dios”.
Después está “la internacionalidad de Fátima: es importante que no sea sólo la imagen de Nuestra Señora de Fátima que vaya como icono mariano, sino también su mensaje”.
Finalmente, “el Mensaje debe ser una ayuda en el respeto por la naturaleza. La vida de los pastorcitos nos muestra eso: el respeto que Francisco tenía por la naturaleza. Este será uno de los vectores de la pastoral de Fátima”.
Por eso, “Ecología, Interioridad y Paz serán palabras-clave de la pastoral de Fátima en este segundo siglo”, concluye.

 

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