La última peregrinación internacional del año del centenario termina con un llamamiento contra los peligros de una guerra nuclear
Obispo de Leiria-Fátima recuerda que la Paz es "el tema central del mensaje" y recuerda el llamamiento hecho en Fátima por el papa Pablo VI
El obispo de Leiria Fátima, que cerró hoy las grandes peregrinaciones del año del Centenario, afirmó que el mensaje de Fátima es una "promesa consoladora de paz y no de destrucción" y recordó las palabras dejadas, en el cincuentenario de las Apariciones, por el papa Pablo VI, alertando sobre la amenaza de una guerra nuclear "que es tan aguda como entonces".
"Persisten las tensiones entre las grandes potencias, continúan los conflictos configurando una tercera guerra mundial en episodios, se extiende el terrorismo y la amenaza nuclear ", dijo Mons. Antonio Marto, ante decenas de miles de personas reunidas para la Peregrinación Internacional Aniversario del 13 de octubre.
El obispo de Leiria-Fátima afirmó que "de Fátima irradian para todo el mundo los esplendores de la Gracia y de la Misericordia divinas y las advertencias proféticas de la Madre de Dios y de los hombres".
El prelado reafirmó que Fátima nos confía un "mensaje profético de esperanza y no un secreto intimidatorio, de miedo; una palabra de bendición y no de maldición; una promesa consoladora de paz y no de destrucción ", concluyendo que el bien triunfará siempre sobre el mal.
"La paz es un tema central del mensaje. "Al pedir para rezar el rosario por la paz todos los días, Nuestra Señora quiere desencadenar, a través de la oración, una movilización general que lleva al compromiso activo por la paz", refirió también, renovando el llamamiento dejado aquí en la Cova da Iria hace cincuenta años por el Papa Pablo VI.
Después de citar los diversos papas que estuvieron en Fátima –Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI- cuyas visitas ayudaron a proyectar y a internacionalizar el mensaje de Fátima y el propio Santuario, Mons. Antonio Marto recordó las palabras del papa Francisco en mayo: "Dejémonos, pues, guiar por la luz que viene de Fátima. Que el Corazón Inmaculado de María sea siempre nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que nos conduce a Cristo. Y como buenos hijos digamos: ¡Querida Madre, danos tu bendición! ".
Durante la homilía de la Misa Internacional, concelebrada por 36 obispos y 1070 sacerdotes, escuchada y transmitida en directo por varios canales de televisión e internet, el obispo de Leiria-Fátima se refirió a la "indiferencia religiosa, una especie de eclipse cultural de Dios".
"En esta época en que estamos viviendo una cierta indiferencia religiosa, una especie de eclipse, ocultamiento cultural de Dios, María nos invita hoy a descubrir el gusto y el encanto de Dios y de su belleza, a proclamar cómo Dios es grande" pidió.
Mons. Antonio Marto planteó desafíos para el futuro de Fátima y de la fe cristiana, como "hacer a Dios presente" en la humanidad.
"La misericordia de Dios es más poderosa que la fuerza del mal", prosiguió.
"Nuestra vida no es oprimida, pero antes elevada y dilatada: se vuelve grande en la belleza y grandeza del Amor que salva. Es por Dios ser grande que también el ser humano es grande, en toda su dignidad", añadió.
En la Homilía, Mons. Antonio Marto recurrió a citas de Sophia de Mello Breyner y de Vitorino Nemésio y afirmó que esta celebración es un momento "particularmente emocionante", recordando los "millones de peregrinos" que pasaron por la Cova da Iria a lo largo de estos cien años. Destacó "el corazón lleno de alegría y emoción" por estar presidiendo esta celebración eucarística para atribuirse, al final, en la condición de verdadero peregrino: "Aquí volvemos, como todo el peregrino de Fátima, con el rosario en la mano, el nombre de María en los labios y el canto de la misericordia de Dios en el corazón".
"El Papa Francisco repitió aquí dos veces: '¡Tenemos Madre! Me permito añadir: sí, tenemos madre de ternura y de misericordia, solícita y defensora de los pobres, de los que sufren, de los humildes y humillados, de los oprimidos, de los solos, de los abandonados y descartados por la cultura de la indiferencia, de quien dice: ¿qué me importa el otro? Cada uno que se arregle", declaró Mons. Antonio Marto.
La última peregrinación internacional del año del centenario evoca la sexta aparición, el 13 de octubre de 1917 en la Cova da Iria, que llegó hasta nosotros, más allá de las palabras de la propia Lucía, sobre todo a través del relato de Avelino de Almeida (1873-1932), que relató "El Milagro del Sol".
El anunciado acontecimiento en Fátima había sido anunciado por la Virgen María un mes antes, según el relato recogido por Lucía, una de los tres videntes de la Cova da Iria.
A la espera estaban decenas de miles de personas, desde creyentes a meros curiosos.
El fenómeno fue relatado por Avelino de Almeida, periodista corresponsal de 'El Siglo', acompañado por el fotógrafo Judah Bento Ruah, publicado el 15 de octubre (fecha de redacción: 13 de octubre de 1917), que se desplazó hasta el lugar de las apariciones para acompañar este acontecimiento.
Hoy como hace cien años fueron innumerables los peregrinos que se hicieron presentes en estas celebraciones del Centenario. Entre mayo y octubre de 2017 el número de grupos de peregrinos inscritos en el Servicio de Peregrinos del Santuario fue de 4986, un aumento del 285% frente al período homólogo en 2016 (1745 grupos); el número de grupos portugueses fue de 1191 en 2017 (1092 en 2016).
El Santuario de Fátima cerrará las celebraciones del Centenario en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, con un concierto realizado por la Orquesta y el Coro Gulbenkian, dirigidos por Joana Carneiro.
El concierto, con inicio marcado para las 18.30, integra el estreno absoluto de las obras 'Salve Regina' y 'The Sun Danced', de Eurico Carrapatoso y James MacMillan, siendo precedido por intervenciones del presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, y del obispo de Leiria-Fátima, Mons. Antonio Marto.
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