13 de agosto, 2018

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Fe propuesta como “fermento de humanización” y Fátima presentada como “lugar de encuentro”

En la homilía de la Misa Aniversaria de agosto, D. Arlindo Furtado mostró que la fe puede generar soluciones para las crisis actuales

 

La Peregrinación Aniversaria de Agosto, donde se inserta la Peregrinación del Emigrante y Refugiado, terminó con una nueva llamada de atención por aquellos que sufren con el drama de la migración forzada en el mundo. En la homilía de la Misa de hoy, que clausuró la Peregrinación, el cardenal D. Arlindo Gomes Furtado, obispo de la diócesis de Santiago, Cabo Verde, que presidió, presentó la fe como “fermento de humanización”, capaz de generar soluciones para las crisis actuales.

En esta, que es una peregrinación particularmente dedicada a los emigrantes y refugiados, el prelado de Cabo Verde evocó la experiencia del Pentecostés para subrayar la pluralidad de la asamblea presente, “unida en la fraternidad y en la escucha, bajo los auspicios de la querida Madre del Cielo, la Señora de Fátima”.

A partir de la primera lectura, donde la “fe en Dios, que no hizo distinción de personas”, es presentada al pueblo de Israel, que pasó por el exilio en Egipto, D. Arlindo Gomes Furtado alertó de la urgencia de hacer actual aquella fe en una coyuntura mundial caracterizada por la existencia de 65 millones de refugiados que son enfrentados con políticas antimigratorias.

“Es muy urgente que las consciencias se despierten y produzcan acciones concretas en favor de los refugiados” alertó, al recordar los cuatro verbos que el Papa Francisco refirió para interpelar a la Iglesia a acciones concretas en favor de los refugiados: “acoger, proteger, promover e integrar”. En este sentido, dejó una petición especial a los gobiernos de los países que experimentan, directa o indirectamente, esta realidad.

“Los gobiernos y las autoridades políticas de los Estados Unidos y de Europa, por un lado, y de los países de donde parten esos hermanos, por otro lado, tienen el deber moral de abrir la inteligencia y el corazón y de unirse en vista de una solución duradera y pacífica para los gravísimos problemas de los emigrantes en general y de los refugiados en especial”.

Refiriéndose a la segunda lectura, que muestra que los aspectos esenciales de la condición humana son comunes a todos los hombres, el obispo de Santiago de Cabo Verde llamó a la solidaridad fraterna y demostró que “es hospedando al propio Jesús, que se identifica  como el 'hermano más necesitado', es como ofrecemos a Dios un verdadero sacrificio de alabanza”.

“Podemos concluir que hace toda la diferencia que Jesús sea acogido y servido en estos millones de 'hermanos más pequeños', esparcidos por el mundo. Dios, Creador y Padre, es aquel que, por excelencia, nos acoge en la existencia, en el seno de su familia como hijos queridos, como herederos con El en la plenitud de la vida eterna. Es con Él con el que debemos aprender y acogernos unos a los otros como hermanos y a ejercitar la fraternidad”, dijo el prelado.

 

La fe como “fermento de humanización”

Con base en el episodio proclamado en el Evangelio, que relata la migración de la Sagrada Familia para Egipto, cara a la amenaza de la muerte del Niño, el presidente de la Peregrinación Aniversaria de Agosto presentó la providencia divina como guía para el camino de los que se ven forzados a partir de su tierra de origen, y la fe como aspecto esencial que “confiere sentido e indica la meta de nuestra existencia en todos los momentos de la vida”.

“Firme en su relación interpersonal con Jesús, alimentado por la Palabra de la vida, por los sacramentos y por la oración diaria, el emigrante debe promover una fe creativa y transformadora, enfrentado y superando desafíos, asumiéndose como discípulo misionero de Cristo, integrándose progresivamente en la Iglesia local de su residencia como piedra viva de la Iglesia del Señor, nuestra casa común”, se refirió.

En una llamada “fuerte” a los emigrantes para que no descuiden la transmisión de la fe cristiana a los propios hijos, D. Arlindo Gomes Furtado la presentó como elemento capaz de generar soluciones para las crisis actuales.

“Se trata de la fe de la Iglesia de Jesucristo, que hace de todos los miembros una sola comunidad. Una comunidad de fe, llamada a ser 'fenómeno de humanización' a través de los valores cristianos en un mundo globalizado, desafiado hoy a encontrar soluciones globales para crisis globales, como es el de la migración y de los refugiados”.

Al final, el obispo de la diócesis de Santiago caracterizó la fe a la que exhortaba en cuatro “principios dinámicos”: una fe que crece y se adapta activamente a los contextos eclesiales que vamos viviendo; una fe capaz de reciprocidad, que sabe dar y donarse, en la asunción de la práctica positiva de la alteridad; una fe que sabe de razones de si misma y enriquecer a otros y que busca y va al encuentro, haciendo comunidad.

“En la sociedad plural en la que el mundo vive hoy, la diversidad de pueblos, de cultura y de expresiones de fe debe ser considerada como riqueza y debe ser integrada de manera razonable en el todo comunitario, como elemento fecundo, capaz de innovar la vivencia cristiana con nuevos aspectos”, concluyó.

 

Fátima como “lugar de encuentro”

Antes del momento de adoración Eucarística, el mensaje a los enfermos fue leído por Eugénia Quaresma, directora del Secretariado Nacional de la Movilidad Humana y de la Obra Católica Portuguesa de las Migraciones (OCPM), que dejó una palabra de fe, perseverancia y esperanza.

“No temas, Dios no está lejos, vive donde lo dejamos entrar. Hoy, déjate interpelar por este Jesús forastero, que hace camino contigo, necesita de tu hospitalidad. Reconoce este tiempo de misericordia, que se revela en la presencia atenciosa de familiares, amigos y profesionales de la salud, a través del silencio, de la palabra y en gestos de cuidado dedicado e incansable” dijo Eugénia Quaresma.

Al final de la celebración, el obispo de Leiria-Fátima agradeció la presencia de D. Arlindo Furtado, saludó a los peregrinos presentes y, recordando el tema escogido para la Semana de las Migraciones: “Cada forastero es ocasión de encuentro, Emigrantes y Refugiados en el camino hacia Cristo”, presentó Fátima como lugar de encuentro.

“Aquí y en todo el mundo, a través de su Mensaje, Nuestra Señora de Fátima promueve la cultura del encuentro, cuya belleza se os da para contemplar ahora mismo, la belleza del encuentro de la diversidad de pueblos, familias, culturas, razas e idiomas en la unidad de la misma fe y del mismo amor. Por eso esta peregrinación está llena de belleza y encanto”.

Por la 78ª vez, se realizó en esta celebración la tradicional ofrenda del trigo, por los peregrinos, en el momento de la presentación de los dones, en un gesto característico que se realiza desde el 13 de agosto de 1940. En el año del Centenario, fueron ofrecidos al Santuario más de 8 toneladas de trigo y media tonelada de harina.

Además de los dos cardenales, la Misa de la Peregrinación Aniversaria de Agosto fue concelebrada por cinco obispos y 121 sacerdotes. Cerca de 100 mil peregrinos participaron en la Misa Aniversaria de hoy y en la Procesión de las Velas de la noche de ayer.

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