25 de diciembre, 2024
![]() “En Navidad, Dios no nos ofrece regalos, se ofrece a sí mismo como el gran regalo”En la homilía de la misa del día de Navidad, el rector del Santuario de Fátima desafió a los peregrinos a acoger el gran regalo de Dios y a aceptar las “exigentes consecuencias” que de él se derivan.
Utilizando los textos bíblicos proclamados en este día de Navidad, el rector del Santuario de Fátima llevó a los peregrinos a reflexionar sobre el significado más profundo del acontecimiento que se celebra hoy. En la homilía de la misa que presidió, esta mañana, en la Basílica de la Santísima Trinidad, el padre Carlos Cabecinhas afirmó que “la Navidad es, ante todo, una iniciativa de Dios”, que a través del Niño en el pesebre se hizo cercano y reveló un amor sin medida. El presidente de la celebración tomó prestadas las palabras de un pensador cristiano de muchos siglos atrás que, en una reflexión sobre el misterio de la Navidad, señaló dos formas posibles de demostrar amor a alguien. El primero se refleja en el ofrecimiento de regalos, en la medida en la que manifiestan “el bien que deseamos para aquellos que valoramos, para aquellos que son nuestros amigos, que amamos”. La segunda vía es mucho más radical: “en lugar de ofrecer algo, un regalo, es ofrecerse a uno mismo”. “Esto es lo que hace Dios en Navidad: Dios no nos ofrece regalos; Él se ofrece como el gran regalo, el gran don que se nos da”, destacó el padre Carlos Cabecinhas. Armado con las expresiones del Evangelio proclamado hoy, también llamó la atención sobre una característica fundamental de todos los regalos: pueden ser aceptados o rechazados. “El evangelista nos dice que Jesús vino al mundo, pero ‘el mundo que Él hizo no lo conoció’. “Vino para lo que era suyo, y los suyos no le recibieron”, reprodujo. “El gran drama de la Navidad es éste: podemos aceptar el regslo que Dios nos da o rechazarlo”, continuó, señalando que “aceptar este regalo de Dios, que es el Niño Jesús en el belén, tiene consecuencias para nuestra vida y consecuencias exigentes”. En concreto, el padre Carlos Cabecinhas mencionó los compromisos que de ello surgen en la relación con Dios, en el tiempo y la atención que se le dedica, y en la relación con los demás, es decir, en la capacidad de “ser apoyo” y “ser ayuda ante la fragilidad de quienes nos rodean, con quienes convivimos o con quienes entramos en contacto”. Por último, el rector del Santuario trajo a la reflexión “las imágenes de la violencia de la guerra que nos golpean como un puñetazo en el estómago” y las numerosas “preocupaciones que ensombrecen nuestra vida cotidiana”, para decir que esto no debe impedirnos celebrar festivamente la Navidad. Afirmó que “ninguno de nuestros sufrimientos es ajeno a Dios” y desafió a los peregrinos a “acoger al Niño Dios en el pesebre como el gran regalo que Dios nos hace, como el gran regalo de esta Navidad”. |