13 de julio, 2024
D. Manuel Felício recordó el drama de la guerra “en partes del mundo menos publicitadas”En la peregrinación de julio, el obispo de Guarda recordó las “recomendaciones tan preciosas” que Nuestra Señora dejó en Cova de Iria.
D. Manuel Felício estuvo en Fátima, los días 12 y 13 de julio, para invitar a los peregrinos a “recordar la feliz experiencia de los Tres Pastorcitos”. En Cova da Iria, Nuestra Señora “hizo una invitación a la oración y a la penitencia, vino a decir al mundo lo que hay que hacer para superar las crisis y la gran crisis que se vivía en ese momento y que hacía sufrir a las personas, a las familias y a las naciones. Fue la crisis impuesta por la Primera Guerra Mundial”. El obispo de Guarda recordó que las crisis “no han terminado y, en particular, los dramas de la guerra exigen soluciones que devuelvan la tranquilidad y la paz a la vida de las personas y de los pueblos”. En la tercera aparición de Nuestra Señora a los Tres Pastorcitos ya había noticias de las apariciones anteriores y por ello, el 13 de julio de 1917, una multitud acudió a Cova da Iria. En esta aparición, Nuestra Señora pidió una oración especial por los pecadores y también fue en este día cuando Lucía, Jacinta y Francisco tuvieron una visión del infierno. La Virgen anunció que la guerra terminaría, pero que un nuevo conflicto aún peor comenzaría durante el pontificado de Pío XI si la humanidad no dejaba de ofender a Dios. En aquella ocasión, Nuestra Señora también reveló el Secreto de Fátima, dividido en tres partes. El primer cuadro consta de una visión del infierno; el segundo presenta la devoción al Inmaculado Corazón de María; el tercero se refiere a la Iglesia peregrina y mártir. En la homilía del 13 de julio, D. Manuel Felício habló en particular de esta aparición, para mencionar las “recomendaciones tan preciosas que Nuestra Señora dejó aquí”. “Nosotros hoy, en este Santuario suyo, queremos sentir, una vez más, cómo ella es nuestro modelo y nuestra madre, siempre atenta no sólo a las peticiones que le hacemos, sino sobre todo atenta a las necesidades del mundo entero, hoy nos enfrentamos a nuevos problemas, de los cuales las guerras son la expresión más visible y sentida por las poblaciones”, advirtió el prelado. D. Manuel Felício considera que la mayor urgencia en el mundo de hoy es la paz. "Recordamos a Ucrania y Palestina, pero también a otras partes del mundo que están menos publicitadas por las noticias, pero donde el drama de la guerra está presente y hace sufrir a poblaciones enteras", afirmó. Mencionó concretamente la situación vivida en Sudán, Myanmar, Líbano o Etiopía. Estos lugares “ocupan menos espacio en las noticias, tal vez porque se consideran menos importantes para los intereses de los países ricos, pero allí vive gente que sufre los horrores de la guerra y está muriendo”. El prelado citó al Santo Padre diciendo que la guerra es siempre “un fracaso para todas las partes involucradas y, particularmente hoy, no podemos esperar vencedores”. Por tanto, el único camino es “hacer la paz, ese bien sin el cual la vida es un tormento”. “Es el camino del diálogo para llegar a entendimientos entre personas, países, razas, religiones y culturas”, afirmó. En un saludo final, D. José Ornelas, obispo de la diócesis de Leiria-Fátima, elogió el “mensaje de paz” a lo largo de estos dos días de peregrinación, y consideró que la humanidad “tiene sed de paz”. “Somos peregrinos de la esperanza para el próximo año jubilar de 2025, y por eso, llevemos a todas partes este mensaje que hemos recibido aquí”, similar a lo que les pasó a los discípulos ante las palabras de Jesús. El prelado invitó a los niños presentes en Fátima durante las vacaciones a que dejen sus ordenadores y móviles y “traigan el don de la alegría”, probando otras actividades familiares. Al finalizar la celebración, la tradicional Procesión de Despedida llevó a Nuestra Señora de Fátima de regreso a la Capilla de las Apariciones. |