Arzobispo de Moscú recuerda persecuciones contra cristianos en el siglo XX y recuerda vulnerabilidad de una sociedad sin Dios

Arzobispo de Moscú recuerda persecuciones contra cristianos en el siglo XX y recuerda vulnerabilidad de una sociedad sin Dios

D. Paolo Pezzi afirma que el peligro del totalitarismo no está alejado

El arzobispo de Moscú recordó hoy en Fátima las persecuciones contra cristianos en el siglo XX, alertando de las consecuencias de los totalitarismos en la vida de las sociedades.

“El siglo XX quedó marcado por una persecución particularmente sangrienta. Infelizmente, cuando una sociedad renuncia al anuncio del Evangelio se vuelve fácilmente víctima de totalitarismos, del poder del hombre sobre el hombre”, dijo D. Paolo Pezzi, en la homilía de la Misa de la peregrinación internacional aniversaria del 13 de julio.

Ante miles de peregrinos reunidos en el recinto de oración del Santuario de Fátima, sobre todo extranjeros, entre los cuales destacan los italianos, los polacos y los rusos, el responsable de la Archidiócesis de Madre de Dios, en la capital rusa, subrayó que la acción misionera de los católicos está rechazada “por la mentira, por la calumnia, por la persecución”.

“En verdad, no existe una época de la historia que no haya tenido sus mártires”, señaló, después de evocar a los cristianos perseguidos y martirizados en los primeros siglos.

D. Paolo Pezzi sustentó que, a los ojos de la fe, existe el consuelo de saber que la “Cruz de Cristo puede vencer al odio del mundo”.

“Si, queridos hermanos y hermanas, es consolador saber que existe una manera de vencer al odio del mundo, es la Cruz de Cristo. Esto incluso nos recordaron los mártires del siglo XX: el testimonio de un amor gratuito vence incluso al odio más irracional”, destacó el prelado.

El presidente de la celebración consideró que, aún hoy, ante “la persecución de los cristianos, que no disminuyó, por el contrario parece crecer cada día”, una posible convivencia entre personas y comunidades “solo es posible en un testimonio hasta el martirio de la fe y de la caridad gratuita”.

“A lo largo de estos últimos meses he pensado frecuentemente en las víctimas del odio de los hombres, en todos aquellos que mueren destruidos por el mal, por el odio de otros hombres, sus hermanos: ¿quién, de entre ellos, puede al menos presentir el consuelo del amor de Cristo?”, cuestionó el prelado ruso.

D. Paolo Pezzi, que además de la comitiva eclesiástica se hizo acompañar de un grupo de 45 jóvenes estudiantes, dirigió una palabra a los más nuevos para que busquen su vocación de misioneros.

“El anuncio de la Buena Nueva se inserta en la vocación que todo el hombre recibe de Cristo. La comunicación misionera del don que recibimos no es así un deber reservado solo a los sacerdotes o a las religiosas; no es una cuestión de oficio o profesión: “mi profesión es la de ser misionero”, no, el anuncio cristiano dice respecto a todos, hombres, mujeres, niños, jóvenes, enfermos”, afirmó.

D. Paolo Pezzi regreso a Fátima seis años después, liderando una peregrinación de obispos católicos de lengua rusa, y destacó la necesidad de una entrega plena a Dios como el único camino de la conversión. En la homilía presentó a Nuestra Señora como la “testigo y dócil sierva del Señor” cuyo ejemplo debe ser imitado por los hombres.

“La Virgen María vivió las Bienaventuranzas porque fue testigo, la dócil sierva del Señor. En la Virgen María, Dios hizo una casa para si, construyó un templo”, destacó.

“Nuestra Señora es el primer lugar donde plenamente, misteriosamente habita Dios. Es el primer templo, es la primera Iglesia, pero también nosotros somos, junto con la Virgen María, iglesia.

También nosotros estamos llamados a dilatar este mismo acontecimiento de la encarnación” prosiguió el arzobispo de Moscú, llamando a la confianza en la protección de la Virgen María para “vencer el miedo” y superar la distancia que separa a las personas.

“Pidamos a la Señora de Fátima, la gracia de la conversión a su Hijo, pidamos al Espíritu que haga volver nuestra mirada hacia Cristo, fuente de toda la paz, consuelo, y de creatividad para nuestra vida y para la vida de nuestros hermanos”, concluyó en su homilía leída en portugués, aunque haya terminado con breves palabras en ruso.

La peregrinación Internacional de julio, que evoca la tercera aparición de Nuestra Señora, tiene como tema “La Virgen María, Madre de la Consolación” y destaca la unión de Rusia a Fátima.

De acuerdo con el testimonio de los videntes Nuestra Señora les dijo que para impedir la guerra sería necesaria la consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados.

Para clausurar la peregrinación, antes de la Procesión del Adeus, el obispo de Leiria-Fátima afirmó que hoy, pasados cien años “es un día memorable, histórico para la celebración de este Santuario” porque “tenemos por primera vez con nosotros a la iglesia católica rusa, con sus obispos dando gracias a Nuestra Señora por la paz que le dio y a recordar esa promesa de consuelo y de esperanza para la humanidad y para la iglesia”.

“Gracias por vuestro testimonio sobre el don del consuelo divino” dijo D. António Marto refiriéndose a la iglesia rusa como una iglesia “pobre y sufridora más rica en fe y esperanza”.

D. António Marto recordó en esta peregrinación de julio que Nuestra Señora confió el secreto de Fátima a los pastorcitos dejándoles la promesa de que por fin su Inmaculado Corazón triunfaría, que “es como quien dice “El señor es más fuerte que el mal y Nuestra Señora es la imagen visible de que la palabra de Dios es la última en la historia”.

La peregrinación de julio cuenta con más de 6300 peregrinos inscritos en el Servicio de Peregrinos del Santuario de Fátima, en un total de 140 grupos oriundos de 27 naciones, incluyendo varios países de la antigua Unión Soviética. Sin embargo, entre los grupos más numerosos están Italia y Polonia con 35 y 27 grupos, respectivamente.