23 de septiembre, 2011
Peregrinos de más de treinta países, participaron en Fátima/Portugal en las celebraciones de la Peregrinación Aniversaria de octubre. D. Paolo Pezzi, arzobispo de Moscú, Federación Rusa, presidió esta peregrinación y, el día en que llegó a Fátima, 12 de octubre, escribió el siguiente mensaje, en el Libro de Honor del Santuario: “Con profunda gratitud, vengo como peregrino a Fátima –Nuestra Señora ama a Rusia y aquí nos consagramos a Ella nuevamente. Ven Espíritu Santo, ven por María”. Aun antes del viaje hacia Fátima, D. Paolo Pezzi anunció que estaría en Portugal acompañado por tres grupos de peregrinos de Rusia y que diría a todos los peregrinos que el mensaje de Fátima “se vuelve tan actual, porque no es un mensaje ideológico que tal vez se contraponga a otro mensaje ideológico, sino una propuesta más interesante, accesible al otro a través de mi experiencia”. En el saludo a los peregrinos, realizado el día 12 en la Capilla de las Apariciones, subrayó: “Somos peregrinos que caminan hacia una casa. Hacia la casa del Padre. Debemos decidir si queremos ser peregrinos sobre esta tierra, y por eso orientados hacia la búsqueda de Dios; orientados hacia la búsqueda y adoración a Cristo donde quiere que Él nos llame a seguirlo. O podemos permanecer vagabundos, gente que no tiene meta, que no responde al Misterio de Dios que llama y, por eso, en realidad no sabe hacia dónde va. Seguir a Cristo, amando a su Madre: este es el camino de la santidad, el camino hacia la meta de la vida”. En la homilía de la misa del día 13, celebrada en el recinto de Oración y donde se calcula que han estado más de 85.000 peregrinos, el obispo recordó la “necesidad de conversión”. Alertó también de los peligros de las vidas sin Dios: “Cuanto más yo vivo la memoria, el recuerdo de quien soy a los ojos del Señor, así más mi vida se transforma, al paso que el olvido deja caer la fuerza de luchar, de construir, y lleva, en fin, a perder el gusto de vivir. No es acaso que todo el poder totalitario –y nuestra historia reciente lo demuestra trágicamente- tuvo como fin principal precisamente este: el de remover en el pueblo la memoria, el recuerdo vivo de la propia historia, y especialmente cuánto de esta historia está unida a la dimensión religiosa”. |